
Llevo todo el día en cambios. De ida y de vuelta buscando cosas y estoy hecho mierda. Literalmente. Bueno, a las siete de la tarde, estaba muerto de hambre. Tenía una reunión de pega que hicimos en Starbucks de Presidente “Riesgo”. Bueno, llegué, la mina con quien estaba no pidió nada y yo, que venía de embalajes y ademases, tenía ganas de comer mi clásico: Paninni con jamón y queso caliente. El mostrador, ya estaba pelado y no había casi nada para comer. Sólo quedaba un sándwich de pavo, queso, tomate, en un pan de molde cubierto de amapolas. Le pregunto al tipo, muy amable o demasiado amable por lo demás, desde cuándo estaba hecho ese sándwich, y me dice que era “del almuerzo”. Ok, lo pago y además, pido un chocolate caliente, para el frío. Reunión, buena conversa, pero el famoso pancete, horrible. De mal sabor, latigudo y medio tiezón. El chocolate, lo mismo, un desastre. Aguado, frío y desabrido. Todo por $5000. hay restaurantes o cafeterías que a veces son la “pura pará” no más. Starbucks siempre ha tenido buena calidad. Pero es viernes. Ya no queda nada. Todos quieren irse. O sea, todo mal. sigo muerto de hambre, pero raja para cocinarme algo. (la foto es solo una muestra, no encontré panes latigudos en google)