Vengo llegando del Parque Arauco… necesitaba comprar unas cosas para la casa. Estaba con Valentina y con su amiga Vicky. ¿Qué comemos? Pregunta idiota si se trata de cabros chicos, como siempre, te dirán, Mc Donald o algo por el estilo. La Vale quería comer pollo, la Vicky, pizza y yo, churrasco. Al final, terminamos comiendo pizza de Pizza Hut. Un desastre. Nada que decir. Las comidas rápidas, salvo honrosas excepciones de letras amarillas, son un asco. La pizza estaba fría, dura, tiesa, fome, desabrida, etc. Todos los apelativos y calificativos que pueda ponerle son pocos. Un completo asesinato a la buena mesa. Me arrepiento de haberme comido semejante tontera. Ahora, claramente no la comí toda y dejé la mitad, la Vicky también hizo lo mismo. Que lástima que todos, pero todos los “grandes” de comidas rápidas, terminen sucumbiendo a la velocidad, a la mala atención, a lo poco rigurosos de sus preparaciones. Para olvidar.
