Con un par de amigotes, nos juntamos casi todas las semanas. Cada uno va eligiendo el lugar del almuerzo de la semana. Este viernes, fue “el guatón” quien tenía el turno de escoger. Bueno, eligió el “Elkika”. Un prestigioso lugar de encuentro y una fuente soda de fuste, de esas que te matan con cada sándwich o preparación al estilo alemán. Pernil para el gordo, fricandela para el huaso pero en sándwich y para mi, la misma fricandela, pero con papas fritas. Dicen que las papas fritas de “Elkika” son las mejores del planeta. Si, deben estar por ahí y si no es así, les empatan, porque realmente son buenas, y consiguen esa exquisita mezcla de buen corta, sabor y aceite al estilo “cucurucho”. Bien aceitosas como corresponde. Pero creo que eso es lo que se busca en una buena papa frita, que sea papa de verdad y que cumpla con las normas no establecidas de sanidad, su aceite. Pasemos al plato principal. Mi fricandela estaba fría, pero como el garzón se había demorado tanto en traer mi fan-shop, decido quedarme callado y “comérmela” (literalmente hablando). Cuento corto, mi estómago colapsó. Son las 7 de la tarde y mi guata cruje y suena como una tormenta. Es segunda vez que me pasa esto en el mismo restaurante. En “Elkika” lo cocinan todo con exagerados niveles de colesterol y aceite. Está bien para una buena shopería, o fuente de soda, pero es mucho! No puede ser que cada vez que vaya a ese lugar, me enferme! A considerar el tema de las preparaciones de los platos en una de las mejores fuentes de soda del país, según muchos, porque si le preguntas a mi estómago, seguro te dice que no va más.
Todos los días, algo diferente en la cocina... todos los días hablamos de comida... todos los días, un plato o una sugerencia distinta... Nos comprometemos a que los 365 días del año, habrá algo sabroso de que hablar...