Siempre vengo, cada vez que paso a comprar algo, el almuerzo es pegado. Sobre todo, sus porotos y sus lentejas. Además, de sus empanadas para comenzar picoteando algo rico. Bueno, dos empanadas para comenzar, que estaban realmente buenas. Una de pollo-crema, y la otra napolitana. Increíbles. Su masa es algo sublime. Después, pedí lentejas. Vuelve el garzón y me dice que no hay, que les queda Tomaticán y porotos granados. Me incliné por los segundos. El platón de greda, llegó hirviendo, y la sopa de porotos, para qué decir. Era como esas ollas de la bruja, donde cocina a sus victimas. Humeaba y salía una espuma que no me gustaba ver. Después de que logró enfriarse algo, los probé, y no estaban buenos. No sé si será la época o qué, pero esta vez, muy malos porotos granados en Emporio la Rosa. Obviamente, le dije al garzón y le iba a pasar el dato a su cocinero, aunque todos sabemos que son platos pre hechos y que sólo los recalientan. Mejor pásele el dato a quien aprieta en horno microondas.
