Es domingo, mi viejo, como de costumbre, llama a sus dos secuaces para ver que pasa, que onda, que se hace o que se almuerza. El viejo, tenía ganas de ir al Patio Bellavista. Nosotros, pretendíamos cambiar sus planes y caer en el Galindo, que está por la misma calle Constitución, pero él, no, quería quedarse ahí, porque según sus conocimientos, había un peruano “bueno”. Ese peruano era el Barandiaran. Uno de los más clásicos restaurantes venidos de nuestros vecinos. Comenzamos por el Pisco Sour. Formato Catedral para mi padre y normal para mi. Hay un tema con este trago, en los restaurantes peruanos, lo sirven demasiado seco, y aparte, tenía muchísimo hielo “frozen”, no me gustó, pero a ratos, me tumbó. Prefiero la receta propia. Si revisan más abajo, la encontrarán, precisamente ayer, hablé de eso, con receta y todo. Bueno, seguimos con un cebiche del mismo nombre del local, lleno de maiz, cebolla morada, harto limón, pescados y mariscos. Muy contundente para los tres. Además, agregamos un plato de pescados apanados, también en formato cebiche, bien bueno. Una Inca Cola Light para pasar lo alimonado de nuestras entradas y continuamos. Mi padre pidió un pescado, Mero, para ser exactos, que estaba buenísimo también. Mi hermano, pidió un Filete Saltado, con unas papas fritas y una cebolla, notable. Y yo, mi clásico Ají de Gallina. Que lo he probado en varias partes, y me pareció bastante aceptable, no sé si el mejor, pero estaba correcto. Creo que es mejor el del Olán. De postre un Suspiro Limeño demasiado aguado para mi gusto y una Hojarasca, que más bien era un biscocho de manjar. Algo seco. 54 culas la cuenta para tres. Carón, como todos los peruanos, pero nos reímos, lo pasamos bien y comimos rico.
