Dicen que las comen las “viejas” o que hay que comerlas en día lunes. Claramente no respeto ninguna de estas dos tradiciones. No soy ni viejo, ni menos vieja, y es martes, y para más remate, es 13. Para algunos este día tiene cargas especiales, para mi, ha sido un excelente día, lleno de oportunidades y reuniones positivas y cosas buenas y que mejor que terminarlo con unas lentejas. El frío de esta cuidad (santiago) es espantoso. Las dejé remojando ayer en la noche y hoy me apresto a hacer sofritos correspondientes y a buscar entre mis aliños, a ver que cosa nueva le pongo. Creo que en esta oportunidad llevarán algo picante, tal vez, merkén. Las lentejas me recuerdan a mi madre, a ella le quedaba (quedan) extraordinarias. Sabor de mamá. Cuando me casé, mi nana de ese entonces, hacía las más pequeñas, porque hay que decir, que hay varios tipos de lentejas y esas pequeñas, eran notables. Me acostumbré a comerlas solas, de tipo espesas y separadas del arroz, algo así como se comen los porotos negros en Cuba. Todo separadito, y cada cosa un ingrediente del plato. Arroz, lentejas y alguna que otra cosa que se le quiera poner al lado. Otro ingrediente que me ralla, es el queso. Las lentejas, para mi, deben ir con queso rallado encima. De ese Reggianitto que viene en tiritas que venden en el supermercado. Ver el queso derretirse entre las pelotas de lentajas, es una sensación sublime. Queda parecido, en viscosidad, textura, a un risotto (guardando las proporciones, claro). Pues bien, hay otros, los más clásicos, que no pueden comer lentejas sin chorizo, longaniza o algo embutido por el estilo. Llámese prieta, chorizo, jamón , tocino, o con papas, arroz, estofadas con un poco de jamón y aliñadas con un buen y abundante chorro de aceite de oliva virgen extra. Guisadas con un poco de zanahoria, apio y puerro, nada más que decir. Las lentejas son un plato clásicamente exquisito. En varias partes tienen lentejas, pero no debe ser un plato muy pedido en restaurantes. En el Emporio La Rosa, siempre las como, vienen con jamón y en paila de greda ¿que más quiero? Voy por ellas, ya no me aguanto!
