Cuando tengo que ir a providencia, siempre pienso en las cosas ricas que puedo comer o en lugares choros para ir a sentarse, por ejemplo, a almorzar o tomar un simple café. Me subí al metro esta tarde. Hice mi reunión tipo 13, para que coincidiera con el almuerzo, obvio. Fui a mi lugar de destino y luego pensé: “o me termino las lentejas de anoche o arrazo con algún menester de por estos ares”. El elegido: Dominó. Además, que mi cacho estaba justo en cale Bucarest, muy cerca de Suecia, donde se abrió una de las seis mil quinientas sucursales de este negocio algo manoseado. Buen negocio, al fin, obvio. Pero es aburrido que en cada esquina haya uno. Le está pasando lo mismo que al vomitón, o al carro de maní, que ya los remata en cada esquina. Pues bien, vamos a lo central: “¡Dinámica maestro!” + un jugo de chirimoyas. En 5 segundos, estaba mi completo en el mesón, de pie y mirando la ventana para que el resto de los que pasaran, vieran lo que me estaba engullendo. Pancito calientito, sin tostar porque se rompe, Mayonesa de las buenas, Palta, Tomate, Americana, Mayo y Salsa verde, eso es
