Mi comadre Macarena, me invita a almorzar. Es un rico día, así es que caminaremos un poco en nuestro barrio. Acá, en cuidad Empresarial, existen varios lugares donde podemos sentarnos, una buena conversa y comer algo. El elegido: Pizza Si, una de las “nuevas” pizzerías a la piedra de la última época y que fue poco a poco siendo reconocida gracias al boca a boca. Una vez por proyectos de trabajo, me tocó la posibilidad de conversar con el dueño. Había probado sus pizzas de Apoquindo, cerca del Omnium y me parecieron buenas, no extraordinarias, pero si buenas. El tema es que fuimos a las que están en nuestro barrio. Harta gente almorzando, otros jugando golf por ahí cerca, y un rico día de terraza. Esta pizzería, para los que no saben, está al lado de una cancha de prueba o tiro de golf, entonces, viene mucho “pechuga” que sale de la oficina a comer y hacer un poco de deporte. Queríamos pedir dos pizzas y dividirlas por la mitad, es decir, que tuviéramos cuatro sabores para compartir, pero la señorita nos dice que no se podía hacer mezclas ni combinaciones, o sea, cada uno pediría su sabor preferido. Para comenzar, un pan que estaba, quien sabe por qué razón, mojado. Un picoteo bastante extraño, porque te llevan como varios pedazos de pizza en una canasta. El tema es que más masa no sé si es lo conveniente. Bueno, ella pidió una de palmitos, espárragos, y yo, cebolla, tomate y pimientos. Las dos, bastante buenas, el tema, es que a los 5 minutos de haberlas traído, nos dimos cuenta que no estaban partidas, es decir, un cacho poder abrirlas para repartirnos pedazos, así es que le pedimos a la niña que nos la partiera. Después de eso, nuevamente tuvimos que llamar a la garzona, porque en los otros 5 minutos, ya estaban frías. Para terminar, me acerqué al administrador para contarle algo acerca de mi trabajo, y me contó la historia del negocio. Me dijo que este loca ya no pertenecía al mismo dueño con quien yo había hablado alguna vez y que ahora eran parte del directorio de un mall en
