Ya pasado el fin de semana, el jolgorio de una buena celebración, vienen los balances. Lo primero que hay que decir, que el recuento de sensaciones es positivo. Que es lo primero que rescato. Me junté con amigos y buenos amigos y amigas. Tomamos, brindamos, comimos, nos reímos y pasamos momentos agradables. Puntos negativos, el otro día, claro, el sábado mi casa era un despelote, pero nada para volverse loco, además, el que hace fiesta, tiene que saber que después tiene que limpiar, así es que bien, cero rollo con eso. otro tema negativo, es el comensal que confirma presencia, pero después no llega, no hay nada que me enferme más que eso, no piensan en que uno hace todo para que ellos comen rico, chupen como corresponde y se sientan bien, pero no, se pasan por donde sea, lo que uno ha hecho por ellos, pero bien, se lo perdieron. En materia de organización misma, me di cuenta de cuanto copete tengo que comprar para la cantidad de gente que fue. En total: 30 personas, que se tomaron, 1 botella de whisky, 5 de pisco, 4 de vino y un par de cervezas, no más que eso, ah, y 5 bebidas de 3 litros. Dos bandejas de entrañas, medio kilo de pan, un kilo de chorizos, dos bandejas de filete de cerdo. Un poco de mayonesa y Ketchup. Eso es en total, sacando las cuentas. Otro tema a tratar cuando uno organiza algo, es el de los regalos. La mayoría de los hombres, botella en mano envuelta en bolsa de supermercado, que a la larga, está ok, re regalo y a caballo regalado, no se le ve la bolsa. Las mujeres, siempre lindas ellas, con la producción en las venas y todo envueltito y lindo. Como decía, el trago fue el regalo más regalado; luego, muchas cosas de cocina, la mayoría de la gente parece que me conoce. Un cuchillo, con una moneda en la punta, porque si no se transforma en pelea segura; una nuez moscada como aliño; un botella de aceite de oliva Zeitun, increíble; un aliño muy rico (se ve) que consiste en un polvo de avellanas con merkén, que rico, ya quiero una buena carne para ponerle eso; un juego de pocillos de madera para picoteos y ensaladas; un disco de Juan Luis Guerra (notable, de todo mi gusto) y un libro de cuentos de terror, el cual, comencé a leer y me ha parecido bastante bueno. Hartas botellas de vino, otras de vodka, ron y estaríamos. Balance de un cumpleaños festejado como corresponde. Gracias a los que vinieron, a los que no, se lo perdieron. Ahora, entre regalos y todo el trago que compré de sobra, me queda copete para hacer, cálculos más, cálculos menos, tres fiestas más. Así es que el que quiera seguir con la celebración, copete hay.
