La Vale tenía que estudiar. Yo no sé porque las mamás tienen ese afán de que el niño estudie con el papá, no lo entiendo, pero bueno, como mi hija no es muy buena para el estudio, tengo que armarle un ambiente y un entorno diferente y que la haga motivarse para estar dos horas pegada a las matemáticas que tanto le cargan y le cuestan. Decidí, que debíamos ir a un parque a sentarnos bajo un árbol para que la naturaleza nos llenara de vida en este domingo rico de sol. Pasamos a buscar a su amiga Vicky, quien no había llevado sus cuadernos a casa, por ende, no tenía como estudiar, y luego, a rotonda Atenas por un par de cajitas feliz. Qué mejor panorama que almorzar bajo una sombra, con alguna brisa de tarde y en el más absoluto relajo. Debo decir, que cuando íbamos caminando por el parque (Araucano), la gente, algunos, los más deportistas, nos miraban con cara de odio al vernos llenos de paquetes de color café, vasos, pajitas, papas fritas, y olor a frito. Soy deportista y cuando troto por el lugar y veo a un tipo engulléndose una hamburguesa, me da cierta cosa rara. Una mezcla de ganas de estar en lo mismo, y odio por como se alimenta. Bueno, tiramos nuestras toallas, y vamos picoteando de lo lindo, para después, seguir con el estudio, el cual, nos dio muchos frutos. Esto de que haya un lugar en donde uno pueda comer rápido, con un servicio al auto, que además, venga empaquetado para “llegar y llevar”, es un agrado. Sea la comida que sea, y gústele a quien le guste, pero estos tipos te solucionan la vida por decirlo de alguna manera. No me quería mamar coles eternas para comprar una empanada, menos ir a un restaurante, entonces, ellos, te dan la solución. Sé que es una comida de mierda, lo sé, pero pucha que ayuda y salva cuando lo que quieres es hacer algo rápido. Además, par que lo voy a negar, una hamburguesa “Mc Nífica” en medio de un parque, es una experiencia sublime. Háganlo.
