Juega la U por el paso a la final de la Copa Libertadores. Estos pericos de VTR aún no me conectan el cable y tengo que verlo en otro lado. Le dije a mi amigo Ñuco que lo fuéramos a ver a algún local, pero la bruja no le da permiso, así es que llamé a mi viejo y le dije que hiciera algo para comer. Unos sandwichitos o que se yo. Pasé a comprar el pan y uno que otro picoteo. Llego a la casa de mi viejo y estaba pasado a ajo. Le pregunto a la Lorena qué cresta estaba haciendo, y me dijo que a “don René” le gustaba la carne del churrasco con ajo. ¡Pero es demasiado!, le dije. El olor a ajo es exquisito en cantidades y en preparaciones determinadas. Un buen “camarón o pollo al ajillo”, por ejemplo. Pero esto! Too much!! Bueno, mucha carne en una palangana, una panera, otro plato para la palta, y otro para el tomate. Ciertamente, todo, pero todo, olía a ajo. Buenos churrascos italianos para ver el fútbol. Pero llegué a mi casa, después de la debacle azul y estaba pasado a ajo. Mañana tengo un evento en el Regal, con periodistas, y todas mujeres y no quiero andar pasado a ajo, era mi pensamiento. Dormí con olor a ajo. Un desastre. Pero bueno, estaba todo rico, fuertón, pero rico al fin, y la U perdió, o sea, como el ajo también.
