No sé mucho de vinos, la verdad, es que no cacho nada. Es decir, cuando me llega un vino a las manos, simplemente, lo doy vueltas, lo meneo, y a la boca. Claro, hay ciertos vinos que te dejan ciertos sabores, pero mi paladar aun no los descubre. Si, creo, que sabe la diferencia entre un Merlot y un Cabernet, pero más allá de eso, no. Por eso, mi favorito es el Merlot, más suave y menos pegote que el Cabernet. Me llegó de regalo, de algún invitado loco por ahí, un Santa Carolina Merlot, estrella de oro, del 2009. La verdad, hace rato que no probaba un vino tan rico y tan poco molestoso. A veces, me pasa eso con el vino, me molesta, y los primeros sorbos son muy desagradables, pero este no, este se quiere quedar en mi boca mucho tiempo y eso me gusta. Un vino que no sea ni tan fuerte, ni tan cremoso, pastoso, pegote o como quieran llamarlo es bueno, al menos para mi gusto. A probar y ustedes se harán su propia visión.
Todos los días, algo diferente en la cocina... todos los días hablamos de comida... todos los días, un plato o una sugerencia distinta... Nos comprometemos a que los 365 días del año, habrá algo sabroso de que hablar...
sábado, 11 de septiembre de 2010
BUEN VINO DE SANTA CAROLINA
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