Dicen las malas lenguas, que en la boca del estomago hay una glándula que se llama "el píloro", esta glándula se expande cuando tomamos una cierta cantidad de licor, cerveza o alcohol y hace que nuestro organismo secrete ácidos y nos produce hambre. ¿será asi?, ¿por eso que nos da hambre cuando carreteamos y terminamos con la necesidad de caer en las garras del combo salvador? Si, yo creo que sí, que algo pasa, porque después de una borrachera, el hambre es feroz. Me da una ansiedad de esas locas por comer algo. Ahora, hay quienes dicen que uno debe comer algo dulce, no salado, como estamos acostumbrados. Bueno, caí, y terminé, después de un buen carrete, en la fila del Mc Donald’s. Tres hamburguesas-queso, una porción de papas, y una porción de empanadas. Nada más y nada menos. Ahora, hay que decir también, que la experiencia es de otro planeta. Como que cuando uno está en ese estado, los sabores se intensifican y sientes que es la mejor hamburguesa que te has comido en la vida. Lo peor, es que al otro día te arrepientes. Pero dicen que de los arrepentidos será el reino de los cielos. Que mejor invento ese.
Todos los días, algo diferente en la cocina... todos los días hablamos de comida... todos los días, un plato o una sugerencia distinta... Nos comprometemos a que los 365 días del año, habrá algo sabroso de que hablar...
martes, 7 de diciembre de 2010
MC DONALD'S POST CARRETE
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