El otro día, fuimos, como de costumbre, a saciar el hambre al nunca bien ponderado McDonald, ubicado en la comuna de Vitacura. Llegamos, un par de "combos" y nos tumbamos a la mesa a devorar. Todo normal y sin mayor sobresaltos, las comidas rápidas tienen la facultad que no tienen otros restaurantes de mantel largo, siempre comes igual, y eso, a veces, se agradece y extrañamente, no cansa. Bueno, el punto, eso sí, no es ese, sí me quiero detener en el tema higiene, cosa que sí tienen los restaurantes de cuentas importantes. La mesa, llena de grasa y aceite por todos lados. Imposible apoyarse en un sillón sin mancharse la chaqueta de aceite, grasa o lo que sea. Muy sucio este local. Se come bien, para lo que es, pero enferma sentarse allí. Debe ser por eso, que muchos optan por el auto, y comerse su propia suciedad en privado y no tener que depender de otras manos, otros olores que no te corresponden. A analizar. No, por ser un local de comida rápida, debe estar descuidado, sucio, mal tenido, etc. Ojo, señores de McDonald, que el payaso, a veces cansa y puede terminar como lo hicieron otros de la competencia, como Kentucky, olvidado en el tiempo de una rotonda que no se detiene a su paso (Kentucky de rotonda Atenas).
Todos los días, algo diferente en la cocina... todos los días hablamos de comida... todos los días, un plato o una sugerencia distinta... Nos comprometemos a que los 365 días del año, habrá algo sabroso de que hablar...
miércoles, 7 de julio de 2010
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