Vengo llegando de un buen trote. 40 minutos de despeje de mate. Bueno, me dio hambre, para variar, y como no puedo seguir comiendo al ritmo que lo vengo haciendo, dije: “hoy, ensaladas”. El fin de semana fue intenso en materia alimenticia, entonces, debemos parar (le dije a mi ponchera). Fui al Big John a comprar una lechuga, pero la que tenían, estaba negra, fea y desaliñada. Entonces, mis esperanzas estaba decayendo cuando veo que había un mesón o mostrador de fríos. Ahí, varias ensaladas para deleite de todo veguis que se paseara por ahí. Yo, soy enemigo de las ensaladas empaquetadas o cosas por el estilo, lo natural, natural, no hay de otra. Pero bueno, para mi, tampoco había mucha alternativa, así es que nos miramos fijamente y nos unimos en un abrazo fraterno (con la caja de ensalada). “ensalada de atún Castaño” dice en su tapa (foto original) y trae: lechuga, zanahoria, atún, palta, repollo, apio y jugo de limón para aliñar. Además, viene con un sachet de algun jugo o pósima extraña que no pretendo probar. Un poco de aceite, romero, limón y sal y vamos revolviendo. La ventaja de estas nuevas cajas y concepto de ensaladas, es que les puedes revolver en la misma caja, tapándola. No se cae nada y eso que estamos en Chile. se las recomiendo. Pasó a ser mi chiche nuevo desde hoy. Está buenísima. Ahora, un poco carón la encuentro. $2.570. Me parece que es algo excedido, pero saben? Vale la pena. Estoy en eso en este preciso momento.
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