Tenía ganas de hacerle algo casero a la Vale. Pero de esas comidas que nos hacían a nosotros cuando éramos niños. Recuerdo varias: el charquican, las croquetas de atún, las pantrucas, etc. Pero había un plato que era rico, rico, rico. Las albóndigas con salsa de tomates y papas fritas, y además, arroz. Una locura de plato para todo cabro chico. Bueno, había que hacerlas. La verdad, es que al principio, no cachaba mucho como hacer hamburguesas para esa preparación. Sabía como hacerlas para aceite y freír, pero para albóndigas, no. Llamé a mi hermana y no sabía; luego a mi madre y me dijo que las hacía con la base de Maggi para hamburguesas que viene llegar y meter las manos a la masa. Viertes el sobre en un recipiente, le pones ¾ de taza de agua y lo dejas por 10 minutos. Después, le pones la carne molida, medio kilo, para ser más específico. Revuelves con las manos y luego te las lavas. Este dato es importante, porque las bolitas de albóndigas, se logran de mejor manera con las manos mojadas. Vamos haciendo bolitas con la Vale. Nos salieron como 20 bolitas pequeñas. Mientras tanto, el aceite ya estaba haciendo lo suyo con las papas cortadas en cuadritos. En otra sartén, se calentaba la salsa de tomates con un poco de agua y algo de orégano y aliños a gusto. Cuando las bolas ya estaban listas y redonditas, a la salsa se ha dicho. Esperé que se cocieran y que las papas se frieran y estábamos con una de mis comidas favoritas de cabro chico. A mi hija, le encantaron. La forma más “clásica” de hacerlas es con cebollita, perejil, huevo, pan rallado y harina, pero esta base, te soluciona la vida a veces. Háganlas.
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