Algo pasa con nuestro sistema de vida que nos pasa la cuenta en situaciones límites, de fiestas, terremotos y lo que sea que provoque caos colectivo. Las fiestas, dejan los supermercados y bombas de bencina vacías, sin comida, sin bebidas, sin hielo, sin chocolates, sin nada. Los cajeros automáticos pelados son una muestra también, de que nos volvemos locos cuando hay fiesta. Pareciera que se fuera a acabar el mundo en un fin de semana. No entiendo por qué sucede esto, pero siempre es así. Me paseo por cuanta bomba de bencina hay y no encuentro más que chicles, uno que otro pan pelado, alguna que otra galleta rota y resquebrajada, un par de bebidas que nadie toma (bilz y pap normal) y diarios viejos. Esto parece una película de holocausto gringa. El día que alguien haga un negocio que pueda abastecer a quienes buscan cosas simples, como jamón, queso, pan, o alguna fruta, se hará millonario. Sé que es feriado y que los supermercados deben cerrar, pero siempre hay contratiempos y es tan espantoso ir a un supermercado en vísperas de fiestas, que es preferible quedarse sin nada, a mamarse colas eternas y locuras colectivas. Para alguien como yo, que anda buscando comida siempre, esto es una locura ¡No hay comida!
Todos los días, algo diferente en la cocina... todos los días hablamos de comida... todos los días, un plato o una sugerencia distinta... Nos comprometemos a que los 365 días del año, habrá algo sabroso de que hablar...
domingo, 19 de septiembre de 2010
¡NO HAY COMIDA!
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