Hoy, me tocó ir a un almuerzo, que tenía de todo un poco. Un italiano de sommelier que era un espectáculo; buena comida y unos vinos italianos, que eran, como dijeron en la misma mesa “para cortarlos con cuchillo y tenedor”. Una delicia. Bueno, comenzamos con un Carpaccio de salmón, que se acompañaba de una buena copa de “Riesling”, increíble el comienzo. Mezcla de sabores buenísima. Después, continuamos con un risotto de zapallos y un vino de características muy particulares, era tinto, pero espumoso y frío, algo que yo, jamás había probado y me dejó loco, se llama “Lambrusco” y es de tonos lilas. El risotto tb estaba notable. Después, un risotto de osobuco, muy clásico de Geraldine y un vino ya con más cuerpo que los anteriores, pero sin llegar a ser un Cabernet. Para luego terminar con un cordero a la cacerola con polenta y otro vino más. A esas alturas, ya estábamos muy contentos. La cosa siguió con un “rosso” llamado “Brachetto” espumoso para los postres, un creme brué y un panqueque con manjar. Y al final, como si fuera poco, Limoncello, que lleva jugo de limón, alcohol y azucar. Un excelente bajativo, italiano también. La nueva carta de Geraldine, es completa pensada en que todos sus platos se pueden maridar con alguna copa de vino sugerida. Ahora, o bueno, es que se venden por copa y por botella, como el cliente estime. Me llamó la atención la elegancia de los vinos italianos, muy superiores.
Todos los días, algo diferente en la cocina... todos los días hablamos de comida... todos los días, un plato o una sugerencia distinta... Nos comprometemos a que los 365 días del año, habrá algo sabroso de que hablar...
lunes, 25 de octubre de 2010
GERALDINE Y EL MARIDAJE DE VINOS ITALIANOS
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